jueves, 23 de febrero de 2023

Análisis simbólico del "Retrato de Bolívar Ecuestre", de José Hilarión Ibarra. 1827

 

Por: Leopoldo Ágreda Lovera.

En este primer anexo haremos un análisis de la simbología en la pintura de José Hilarión Ibarra “Retrato de Bolívar ecuestre”, tomando en cuenta que carecemos de informaciones directas del autor y del cuadro, apegándonos a lo observado en la pintura y el contexto histórico de la época en los años 1826 y 1827. Luego se mostrará la ficha técnica que contiene la información de la pieza en el Museo Bolivariano.

"Retrato de Bolívar Ecuestre", José Hilarión Ibarra.


Análisis iconográfico de la obra

“…Yo soy como el sol entre todos mis tenientes, que si brillan es por la luz que yo les presto…”

Simón Bolívar

El Libertador Simón Bolívar representó no solo la máxima autoridad dentro de la jerarquía militar o política; de igual manera, se distinguió por su grandeza moral e intelectual; dotes que no tenían ninguno de sus jefes contemporáneos que lo acompañaron en la guerra. (Solo el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre podría compararse a Bolívar en todas sus cualidades). 

Para los años 1816-1827, se pensaba que la sola presencia del Libertador podría enmendar la situación crítica en la que se encontraba Venezuela, tanto el gobierno del General Páez como el pueblo veían en él la panacea que acabaría con todos los males. Reconocimiento y aprecio en el pueblo con el que para ese entonces, no contaba el General José Antonio Páez.

Simón Bolívar en su condición de héroe máximo venezolano, fue elevada su figura al título de Libertador en 1813 posterior a la Campaña Admirable; sus gestas militares fueron más grandes que la de sus contemporáneos, incluyendo Napoleón Bonaparte,  quien fue el personaje militar más importante de la época; por esta razón, el retrato ecuestre presentado por José Hilarión Ibarra, pudo mostrar la grandeza del Libertador pintándolo de manera alegórica al cuadro de J. L. David “ Napoleón cruzando los Alpes”, siendo Simón Bolívar la figura más importante de Latinoamérica.


"Napoleón Cruzando los Alpes", J .L. David

Los elementos simbólicos, icnográficos  hallados en la pintura, refieren a las interpretaciones concluidas por la propia investigación en el conocimiento del contexto histórico de la época; no obstante, es necesario señalar que al tenerse pocos datos del pintor no podemos conjeturar que efectivamente era esto lo que estaba intentando representar, pero como señalamos más arriba el arte siempre está relacionado con la época y las condiciones de estas.   

Se tomarán en cuenta los diferentes elementos tomados de la pintura, a saber:

1-      El caballo

2-      El sol.

3-      El fondo nocturno y las columnas de nubes.

4-      La espada.

5-      La figura heroica del Libertador.

6-      Finalmente se mencionaran algunos datos referentes a la habilidad del pintor en el tema del retrato, lo cual, no es de extrañar, viniendo de la Escuela de los Landaeta, precursores del retrato en Venezuela: y su posible influencia del retrato de Bolívar hecho por el peruano José Gil de Castro de 1826.

La figura principal es el caballo blanco que junto al Libertador sosteniendo su espada, son el elemento central de la pintura; con respecto al caballo podríamos mencionar; citando el diccionario de iconografía y simbología de Federico Revilla, que “además de su papel fundamental en el desarrollo de la civilización es también parte del culto solar”, y por ello, la relación del caballo con el sol; veamos lo que dice Revilla en su diccionario:

“(…) El caballo es también animal solar. Es frecuente que se asocien los significados solar y mortuorio; el viaje del sol cuando se oculta, se equipara al viaje del alma en ultratumba (…), las numerosas representaciones de discos aislados o incluidos en conjuntos figurativos destinados a simbolizar el astro rey, así como la abundancia de fuentes arqueológicas y literarias en que el caballo aparece como animal consagrado al sol (…), hacen que la sola aparición de un caballo y un disco a su lado constituya argumento suficiente para pensar que se trate de un objeto relacionado con el culto solar”.

 Este elemento es muy interesante, porque, efectivamente en la pintura puede observarse un sol en el centro del caballo y la medalla del “Sol del Perú” en el pecho del Libertador, que podría interpretarse combinándolo con lo que afirma Juan Eduardo Cirlot en la superioridad militar, moral e intelectual del Libertador; cuando Cirlot menciona que el caballo también es un presagio de guerra,  pues estaba consagrado al dios romano Marte, de igual manera, le otorga al jinete un atributo de superioridad del que ciertamente no carecía el Libertador.

El sol es un elemento fundamental en la pintura en su relación con el caballo, debemos recordar que el uniforme que porta Bolívar en la pintura es precisamente el del ejército del Perú, pues, al llegar a Caracas lo hacía proveniente de la campaña de dicho país, donde sus pobladores originarios en la época prehispánica adoraban al sol como su máxima deidad. 

Bolívar no puede considerarse ciertamente un Dios, sin embargo, sus campañas militares atravesando distancias increíbles, cruzando valles, cumbres nevadas que parecían impenetrables, llanos, y la mayor parte de Sudamérica, bien podrían considerarse sobrenaturales; con respecto a este aspecto sobrenatural Revilla en su diccionario nos dice:

“Se le asigna un papel como centro del cielo y por ende sede de los poderes o las figuras más venerandas (…) por parecer el rey del firmamento, es un símbolo del rey humano en la mayoría de las civilizaciones. El rey, a su vez, es venerado o al menos titulado a menudo como ´hijo del sol´”.

De igual manera el sol al ser ausencia de tinieblas, también se considera como la inteligencia cósmica; el carácter marcial del Libertador se sincretizaba con una amplia capacidad intelectual reflejada en sus decisiones de gobierno; el único que tenía este tacto político y su capacidad militar era el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.

Para resaltar este simbolismo del culto solar y la relación del sol con Bolívar que pudo representarse el fondo oscuro, casi nocturno en que está basada la obra; la noche representaba la vivencia del imperio de las fuerzas malignas, aunque reseña el autor de este diccionario, que dentro de la concepción cristiana, la noche es vista como un tránsito hacia la salvación, aunque por supuesto, no exento de pesares; con respecto a esto podríamos decir, que ciertamente la gesta heroica del Libertador fue un tránsito si no bien a la “salvación”, lo fue hacía la Libertad, aunque como bien acotamos no fue exento de pesares, que en Venezuela fuero patentes durante los tiempos en que se hizo la pintura. Sin embargo, es importante resaltar que las obras anteriores al siglo XIX tenían un fondo oscuro en muchas ocasiones debido a una técnica para la preservación de la pintura en el óleo.

La nube vertical podría igualmente señalarse como apoyo al punto del culto solar, pues  alude a una vinculación entre el cielo y la tierra.

Por otra parte, se observa en el cuadro al Libertador empuñando una espada, lo cual, no es raro sabiendo que es el gran Libertador de América, en este caso, se puede mencionar como la espada además de ser símbolo de guerra, es también una lucha “contra poderes malignos”, incluso incluye Revilla: ”el pecado o la ignorancia”; este punto es muy atractivo, porque es obvia la lucha que Bolívar sostuvo contra la ignorancia y la superstición llevada a cabo entre otros sectores por la iglesia, y esto fue particularmente claro durante la caída de la Primera República luego del terremoto que destruyó Caracas en 1812, cuando los realistas apoyados en la superstición religiosa del pueblo declararon que aquel acontecimiento natural era obra de un castigo divino por rebelarse aquellos seres contra la representación de Dios en la tierra, el rey.

Finalmente en este análisis de la simbología, referiremos el punto del héroe que junto con el caballo es la figura predominante en la pintura:

“En la tradición griega, el héroe suele ser fruto de la unión entre un ser divino y otro humano, por lo cual recibe una condición peculiar, inferior a los dioses, pero sobrehumana. Esta se caracteriza por dotes sobresalientes, particularmente de tipo físico o guerrero, pero también intelectuales y ocasionalmente morales (…)” (subrayados nuestros)

Obviamente el Libertador contaba con todas estas facultades, ya expusimos más arriba como sus campañas militares parecían tener un tinte sobrehumano, podríamos recordar sus pasos por los andes que destruyeron toda defensa de los españoles, igualmente, señalado más arriba, las dotes sobresalientes de Simón Bolívar se muestran en su talante intelectual, lo cual es evidente en su correspondencia, tanto en su retórica como en el fondo de lo expuesto, y las facultades morales al preocuparse profundamente por la moralidad del Estado naciente y de sus gobernantes, esto es particularmente claro en el Congreso de Angostura del año 1819 cuando propuso la creación de un poder moral que cuidara al Estado y por ende la sociedad, de excesos inmorales que dañarían la salud de la república:

“Meditando sobre el modo efectivo de regenerar el carácter y las costumbres que la tiranía y la guerra nos han dado, me sentido la audacia de inventar un poder moral, sacado del fondo de la oscura antigüedad, y de aquellas olvidadas leyes que mantuvieron, algún tiempo, la virtud entre los griegos y romanos (…)”.

De esta manera podemos ver como el Libertador fue fuente de luces entre sus oficiales, conciudadanos y para la posteridad, sentando las bases para una república americana que no cayera en los vicios de las repúblicas o imperios anteriores, que conociese su propia identidad sabiendo que como explicó en el Congreso de Angostura, es un nuevo género humano; convirtiéndose el Libertador en el fuego que podría iluminar e incendiar las conciencias americanas y del mundo, por esta razón de igual manera es traicionado e intentado asesinar en varias oportunidades, siendo la más célebre la intentona de Santander el 28 de septiembre de 1828.

Estos elementos iconográficos arrojan luz sobre la pintura "Retrato de Bolívar Ecuestre", que fue entregado al Libertador en su última visita a la ciudad de Caracas en 1827, y comparan al gran estratega militar de América, con el máximo representante de su tiempo en Europa, Napoleón Bonaparte.

 

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