martes, 14 de marzo de 2023

La Era del Imperialismo de 1870 a 1914 en Europa, orígenes, características y consecuencias



Era del Imperialismo, 1870 a 1914


Desde 1870 a 1914, se produce lo que se conoce como “Era del Imperialismo”, donde los países europeos más importantes, con un mayor desarrollo económico e industrial, buscaron sobrepasar sus fronteras nacionales, en la búsqueda de nuevos territorios donde pudiesen desarrollar su economía, controlar materias primas, para reafirmar ante las demás potencias y naciones, un dominio a nivel mundial.

Este proceso de las naciones europeas, tendría su génesis en varios elementos de la sociedad, elementos que aglutinaban: lo social, lo económico, el desarrollo industrial o la primera globalización y aspectos políticos; sin embargo, al igual que la mayor parte de los conflictos de la historia en los últimos tiempos, las razones de mayor peso fueron las económicas.

En el orden de las causas sociales, podríamos mencionar la efervescencia del nacionalismo, que como apunta Wolfgang Mommsen, estaba dirigido al poder; es decir, las naciones buscaban ejercer una hegemonía, que les diera el título de potencias mundiales; aunque estas ideas del nacionalismo, se encontraban bien arraigadas en las masas populares de los países europeos; siendo fácil para los gobernantes utilizar esta idea para desarrollar acciones políticas.

Aunado al aspecto de la nacionalidad, se encuentra una razón más acorde con el etnocentrismo, nos referimos a la actitud del hombre blanco europeo, que veía en su desarrollo político, económico, cultural e industrial, razones de peso para avasallar y dominar a los pueblos de otras razas, como podría verse durante la repartición europea del África.

En cuanto a las ideas económicas, había un pensamiento en Europa que traspasaba las ideas de los marxistas, y era el "punto final del crecimiento de la economía capitalista", que provocaría tarde o temprano, que las economías de los países europeos solo contaran con sus esferas nacionales; provocando a su vez, que los gobiernos nacionales europeos vieran en la expansión territorial con colonias de ultramar, una respuesta a ese problema futuro que podría ocurrir.

Sería aquí, cuando comenzaría la era del imperialismo, que se llamó así, por la concepción imperial de los países europeos, que llevarían una política de dominio frente a otras naciones menos poderosas y más pobres.


Guerra Franco Prusiana 1870 - 1871




Uno de los ejemplos más importantes en este sentido, fue el Imperio Alemán, que al finalizar la guerra franco-prusiana de 1870 a 1871, había logrado unificar todos los territorios alemanes, incluyendo Alsacia y Lorena, las cuales poseían importantes minas de hierro y carbón, fundamentales para su desarrollo industrial.

Este conflicto mencionado anteriormente, es uno de los pasajes bélicos más importantes de las últimas décadas europeas, y de los primeros combates posteriores a la gran industrialización; donde nuevos armamentos, nuevas vías de comunicación, nuevos intereses y una mayor destrucción, gracias al desarrollo tecnológico que también se aplicó a las armas, serían uno de los puntos característicos de separación, entre el pasado y el presente de aquella época.

El principal factor que logró permitir estos desarrollos, fue la industrialización, que para varios estudiosos, se trató de la Primera Globalización, ya que, se pudo unificar al mundo a través de vastas y nuevas vías de comunicación, no solo con nuevas embarcaciones, vías férreas y otros medios de transporte, sino con el desarrollo del telégrafo, o la radio posteriormente.

Esta industrialización que se inició a partir de 1870, traería un agigantado desarrollo a los países europeos que tomaron la vía del imperialismo; permitiéndoles desarrollar no solo un instrumental técnico capaz de mejorar la producción, aligerar la vida, y mejorar las condiciones, sino a su vez, un aparato militar superior contra el que solo otra potencia industrializada podría competir.

Este hecho sería patente en la guerra franco-prusiana que ya se hizo referencia, pero también, en la repartición de los países europeos del continente africano en 1883, o los conflictos bélicos donde países como Inglaterra, se haría con el control de varios países, como China o Sudáfrica, donde el poderío militar de inglés, no tendría obstáculos para someter a estos países.

Uno de los hechos bélicos más resaltantes en esta era imperial, fueron las guerras del opio en China, donde los ingleses lograron no solo doblegar al gigante asiático, sino también, dominar política y económicamente a este país, hasta que varías décadas más tarde, se sacudirían el yugo de esta importante nación imperialista.

Conflictos como el de los Boers en Sudáfrica, los Boxers chinos, serían destellos que llamaban la atención a cambios en las sociedades sudafricana y chinas respectivamente, sin embargo, la derrota sufrida por estos grupos, reafirma el carácter hegemónico del poder militar industrializado de Inglaterra.

Dentro de los países industrializados que tuvieron éxito, podríamos señalar: Inglaterra, que tuvo un gran poderío económico-militar a través del mundo; Francia, que logró hacerse con grandes territorios en varios continentes; Alemania, que fue uno de los principales países industrializados de Europa

Otros países que lograron ejercer una posición imperial como los europeos, fueron Estados Unidos, que contaba con un importante poderío industrial; y Japón, que luego de las guerras con Rusia, quedaría como el líder indiscutible del lejano oriente.

Los ejemplos más lamentables en que la falta de industrialización afectaría el desarrollo de varios países, haciéndoles presas fáciles de las maquinaciones imperialistas, podemos mencionar: China, que al no contar con una industrialización importante que le suministrara de un buen armamento, entre otros desarrollos importantes, terminaría subyugada a Inglaterra que venció en las Guerras del Opio.


Guerra de Crimea




Rusia sería un país que comenzaría teniendo una carrera expansiva importante, pero que encontraría su final en la Guerra de Crimea, donde una fuerza de países en los que participarían importantes naciones industrializadas, como Francia y Reino Unido; vencerían a las huestes rusas, debido a que estas no contaban ni con las vías de comunicación apropiadas, como el ferrocarril, ni con el armamento adecuado. 

Otra de las guerras que perdería Rusia irremediablemente, haciendo que quedara relegado a un lugar inferior de las naciones industrializadas, fue el conflicto con Japón, donde esta nación asiática, había detentado una gran industrialización que lo colocaría entre los países más desarrollados en aquella oportunidad.

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